Cuando viajas, tu teléfono puede convertirse en una auténtica estación de trabajo si los accesorios son pequeños, predecibles y multifuncionales. El trío que más peso tiene es un soporte de bolsillo resistente, un cable USB-C fiable (más uno de repuesto) y un cargador portátil compacto que se carga rápidamente sin añadir volumen. Con estos tres elementos, puedes realizar videollamadas con las manos libres, presentar en un televisor, descargar fotos y recargar todo lo que llevas en la bolsa desde una sola toma de corriente. El objetivo no es llevar más cosas, sino llevar un kit que sustituya a tu escritorio: ángulos estables para escribir y hacer llamadas, un cable que transmita energía y datos sin sorpresas y una batería que mantenga todo el equipo en funcionamiento durante los retrasos. Configúralo una vez y tu teléfono dejará de ser «solo un teléfono» para convertirse en tu ordenador de viaje siempre listo.
Un soporte de bolsillo que realmente sustituye a un escritorio

Un buen soporte de viaje hace dos cosas: se bloquea en ángulos firmes y no se tambalea cuando lo tocas. Busca una bisagra de metal o polímero reforzado que mantenga tanto el modo vertical como el horizontal en aproximadamente 60-70° para llamadas a la altura de los ojos y 20-30° para escribir en el escritorio. Las patas antideslizantes son importantes en los escritorios brillantes de los hoteles o en las bandejas de los aviones, y una base más larga mantiene estables los teléfonos más grandes y las tabletas pequeñas cuando se conecta un cable. Los diseños plegables de unos 10-12 mm caben en el bolsillo de una chaqueta; es una ventaja si la bisagra admite microajustes para que el reflejo no sea un problema bajo una iluminación intensa. Si vive en la carretera, un soporte magnético que también sirve como cartera o agarre puede ahorrarle espacio, pero asegúrese de que no interfiera con la carga inalámbrica. Con el soporte adecuado, ya no tendrá que apoyar el teléfono contra una botella de agua; podrá mantener una postura «similar a la de un ordenador portátil» en cualquier lugar: una cafetería, un banco de la puerta de embarque o la parte trasera de un taxi.
Un cable que sirve para la alimentación, los datos y la pantalla
El USB-C puede ser caótico; la solución es un cable de confianza que sepas que funciona bien. Lleva contigo un cable de 2 metros con marca e y 5 A para una carga rápida, de modo que puedas alcanzar enchufes lejanos, y combínalo con un cable corto y rígido de 0,5-1 m para una transferencia rápida de archivos y una salida de vídeo limpia. Si insistes en usar un solo cable, elige uno certificado para alta corriente y alta velocidad de datos, de modo que pueda cargar una tableta o un ordenador portátil, transferir material 4K a un SSD y alimentar una pantalla a través del modo Alt sin fallos. Etiqueta tus cables para no confundirlos en una sala de reuniones oscura, enróllalos sin apretarlos para proteger los alivios de tensión y añade un bloqueador de datos del tamaño de un pulgar para la carga pública, de modo que solo fluya la energía. Prueba la salida de vídeo en casa con las pantallas que más utilizas, como el televisor del salón o el proyector de la oficina, para que las presentaciones durante los viajes no sean una incógnita.
Un cargador portátil compacto que te mantiene en movimiento
El punto óptimo para teléfonos y tabletas pequeñas es un banco delgado de 10 000-12 000 mAh con USB-PD y PPS de 30 W o más, que se recarga rápidamente pero cabe en el bolsillo. Si llevas un ordenador portátil ligero, opta por uno de 20 000 mAh y 45-65 W de potencia para cubrir una reunión completa o un viaje en tren. La carga pasante convierte el cargador en una minibase en tu asiento: toma de corriente → cargador → teléfono, para que puedas desconectarlo limpiamente cuando subas al tren sin perder la sesión de carga. Los cables integrados reducen el desorden, mientras que un sencillo LED o una pantalla que muestra la potencia real te ayudan a confirmar que realmente estás cargando rápidamente. Guárdalo con aproximadamente la mitad de la carga entre viajes, evita dejarlo en coches calientes y utiliza un cable corto para que haya menos resistencia cuando necesites una recarga rápida. El resultado es menos búsquedas de enchufes, escalas más tranquilas y un teléfono que sigue funcionando cuando el día se alarga.
Añade un pequeño concentrador y un lector para tareas de nivel portátil

Si editas mientras viajas o haces presentaciones a menudo, un concentrador USB-C compacto te resultará muy útil. Elige uno con HDMI o DP a 4K60, un puerto PD pass-through, Gigabit Ethernet para llamadas fiables y al menos un USB-A de 10 Gbps para unidades. Combínalo con un lector de tarjetas UHS-II de bolsillo para que la importación de la cámara sea rápida, y mantén un SSD del tamaño de la palma de la mano formateado en exFAT para una compatibilidad universal con teléfonos, tabletas y centros de negocios de hoteles. Con esa combinación, puedes duplicar tu pantalla en un televisor, recortar clips o seleccionar archivos RAW directamente desde la tarjeta y transferir archivos sin abrir un ordenador portátil. Mantén el concentrador al aire libre para que se mantenga fresco, coloca el cable de manera que no vuelque el soporte y reduce el peso evitando duplicados: no necesitas cinco puertos si solo utilizas dos. Un soporte, un cable, un banco, un pequeño concentrador: tu «escritorio» ahora cabe en un bolsillo y funciona igual en cualquier asiento.